Comencemos...

Desde que los seres humanos aparecen en la tierra surge la comunicación. Esto ocurre por su condición de seres sociales por naturaleza y la necesidad inherente de relacionarse con los demás y dejar constancia de su propia existencia. La comunicación se define como el proceso de transmisión y recepción de información y mensajes que ocurre entre dos o más personas a través de un intercambio de códigos.

         La gran parte de las personas creen que dentro de un acto comunicativo, el qué se dice o las palabras que se utilizan poseen mucho más valor que la forma o el cómo se dice. Sin embargo, lo que muchos dejan de lado y le restan importancia, es lo que los investigadores afirman que es un sesenta o setenta por ciento de lo que comunicamos. Es decir, los gestos, las actitudes, los movimientos del cuerpo, la mirada, las expresiones faciales o la distancia entre las personas, son capaces de trascender aún más allá de las palabras.

No basta con hablar o escribir, pues el hecho de que la manera de sonreír, de caminar, de que los gestos que se realizan al explicar algo, son trascendentales para transmitir y percibir las emociones o mensajes, es innegable.

Con estos antecedentes podemos diferenciar lo comunicación verbal de la no verbal. Mientras la comunicación verbal puede ser de manera oral u escrita, la comunicación no verbal se da mediante indicios y signos que carecen de estructura sintáctica, como el lenguaje gestual o corporal, el lenguaje visual, la mirada, el paralenguaje.